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Posts Tagged ‘insatisfacción’

Estabilidad laboral y conciliación


Las últimas conclusiones del Barómetro sobre el Clima Laboral en España 2010 elaborado por la empresa Endenred con una  escuela de negocios, demuestran en términos cuantitativos la efectividad de las políticas de RRHH que impulsan las empresas españolas y el efecto de la crisis en las personas a la hora de valorar su trabajo.

Los números nos indican que en los últimos dos años las prioridades y preocupaciones de los trabajadores han variado en función del avance de la inestabilidad laboral. Si antes la principal preocupación era el nivel salarial, hoy prima la seguridad y la conservación del puesto de trabajo.

Según el informe, sube el índice de personas que se sienten insatisfechas con su trabajo y con su poder adquisitivo, al igual que el número de personas que tras salir de su empresa, perciben que han aumentado sus problemas por la falta de tiempo y por no poder conciliar su vida familiar con la profesional.

Sin embargo, ¿podemos desde nuestra posición cambiar esta tendencia cuando la contención de gastos y la falta de recursos es una constante diaria en nuestras organizaciones?

Seguramente, muchos profesionales hacen verdaderos malabares para poner en marcha iniciativas que motiven a las personas que forman su organización, pero aún así, no siempre dan el resultado esperado. Tanto porque no pueden ser los responsables de las propias motivaciones de un profesional, como porque ha fallado o no ha existido el análisis de lo que necesitan en momentos determinados para sentirse satisfechos con su trabajo.

Las herramientas existen pero debemos conocer cuál es la indicada. Profundizar en el conocimiento sobre lo que necesitan los empleados nos permitirá evitar derrochar recursos y optimizar nuestra gestión.

Quizás, la principal barrera para alcanzar este objetivo sea el tiempo que podemos tardar en conocer las prioridades y necesidades de cada persona, pero a medio y largo plazo, esta acción garantizará que lo que hacemos por las personas es efectivo para ellas y para la organización.

Más allá de las cifras: historias de personas que viven la crisis laboral y quieren superarla


A finales del año pasado la noticia de los más de 20 suicidios registrados durante el 2009 entre los empleados de France Telecom hizo saltar las alarmas sobre las consecuencias de los problemas empresariales y laborales en la salud mental de sus trabajadores.

En nuestro país no hemos llegado a conocer casos tan extremos como éstos, sin embargo, muchos profesionales de empresas que sufren los efectos de la crisis viven diariamente situaciones de estrés laboral que perjudican su salud mental, condicionando gravemente la calidad de su vida laboral y personal. Vivencias anónimas, pero que son muchas más de las que caben en un periódico y que están estrechamente vinculadas con los problemas que afrontan las empresas.

Para acercarnos a las historias de personajes anónimos que viven momentos de cambio laboral y que se ven expuestos a situaciones de estrés e incertidumbre, José Antonio Prades, en sus Historias de RRHH publicadas en rrhhMagazine.com y en ForoRH, comparte con nosotros las experiencias de personas comunes y corrientes que han tenido que adaptarse a las circunstancias y soslayar de la mejor manera esta crisis económica, laboral y emocional.

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¿Cómo superar el sentimiento de fracaso profesional?


Derrotado ante el fracaso laboral...

Es frecuente observar cómo al final de una dura jornada de trabajo, aquellos entusiastas trabajadores que empiezan su día a tempranas horas de la mañana, al regresar a sus casas claramente reflejan en sus rostros cierta satisfacción por lo conseguido en el día, mientras que otros lastimosamente no pueden ocultar un cierto aire de frustración que no implica el que no hayan sudado la camiseta, pero que expresa claramente que algo no se consiguió. Esa frustración pude deberse bien a un fracaso profesional concreto o bien a un desajuste entre las expectativas laborales y la realidad que nosotros percibimos que nos conduce a un bucle de experiencias insatisfactorias, sentimientos no placenteros y consecuencias negativas de diversa índole que si no somos capaces de detectar y reconducir a tiempo es imposible que podamos solucionar.

Para muchas personas el trabajo, no es sólo una fuente de ingresos sino que aporta sentido a nuestras vidas. En estos casos cuando se pone toda la ilusión, devoción y esfuerzo en un trabajo o proyecto, se puede producir una importante frustración cuando las causas que motivaron esa ilusión fallan o desaparecen. Cuando pasamos por este duro trago la primera idea que se nos viene a la mente es renunciar, dejarlo todo y abandonar, pero antes de tomar una decisión de esta magnitud debemos pensar que no se puede renunciar cada vez que sentimos que el trabajo no está llenando nuestras expectativas y que «el auténtico fracaso en la vida consiste en rendirse».

Venirse abajo al no obtener los resultados esperados hace que muchos caigamos en la desesperación. En estas situaciones quizá nos descubrimos quejándonos y observando en nuestro interior ese murmullo, ese gemido, ese lamento que crece y crece aunque no lo queramos. Y vemos que cuanto más nos refugiamos en él, peor nos sentimos; cuanto más lo analizamos, más razones aparecen para seguir quejándonos y cuanto más profundamente entramos en esas razones, más complicadas se vuelven. Quejarse es muchas veces contraproducente ya que cuando nos lamentamos de algo con la esperanza de inspirar pena y así recibir una satisfacción, el resultado es con frecuencia lo contrario de lo que intentamos conseguir. La queja habitual conduce a más rechazo, pues es agotador trabajar con alguien que tiende al victimismo, o que en todo ve desaires o menosprecios, o que espera de los demás o de la vida en general lo que de ordinario no se puede exigir.

En lugar de lamentarnos plantearse nuevas estrategias, experimentar, no dejarse avasallar y ser constante en los objetivos, deben convertirse en las armas fundamentales para afrontar el fracaso. El truco no está en evitar caer, sino en tener la convicción necesaria para volver a levantarse . Así, el fracaso aunque no lo parezca nos hace poner los pies en la tierra, hace que se caigan las vendas de los ojos, y nos ayuda a conocernos mejor. El fracaso también nos hace ser más humildes, nos ayuda a reconocer que no estamos en posesión de toda la verdad, a pedir consejo y a valorar lo que tenemos. Lo malo del fracaso no es tenerlo, sino tenerlo y no aprovecharse de él; no verlo como un reto, una oportunidad. Ante todo cuando las cosas salen mal es esencial no torturarse y aceptar lo sucedido como una experiencia más. Es necesario comprender que en la vida habrá cosas que salen bien y otras que salen no tan bien o que salen mal por lo que no compensa dejarse llevar por los impulsos y pensamientos negativos experimentados en esos momentos. Cometer errores y asumirlos es indispensable para ser capaces de hacer frente a las insatisfacciones y digerirlas sin darles más importancia de la que tienen.

Hay por tanto básicamente dos maneras de tratar un fracaso profesional del tipo que sea. La primera consistente en asumir la propia culpa y sacar las conclusiones que pueden llevarnos a aprender de ese tropiezo y la segunda es buscar desesperadamente responsables de nuestra propia desgracia y adoptar el victimismo como estrategia. De la primera forma, podemos adquirir experiencia para superar ese fracaso pero con la segunda, nos predisponemos a volver a caer fácilmente en el fracaso, volviendo a culpar a otros y eludiendo un sano examen de nuestras responsabilidades. Cuando tendemos a pensar que casi nunca somos los culpables de los fracasos, entramos en una espiral de difícil salida, un círculo vicioso que nos sumerge en el conformismo de la queja recurrente, en la que nos encerramos a cal y canto.

Todo esto no es nada nuevo. Todos sabemos la teoría, lo difícil es saber cómo ponerla en práctica. Conozco esta dificultad por propia experiencia.
Saludos,
Mario Naranjo

Puedes seguir las intervenciones de Mario Naranjo en la red profesional española de RRHH en http://redsocial.rrhhmagazine.com

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