Los momentos de verdad en RRHH y en la política
A lo largo de la vida nos encontramos con personas que nos parecen molestas cuando se empeñan en enseñarnos que el camino que hemos escogido no es el correcto. Nos miran de frente y según cómo seamos así actuaremos. Algunos huyen despavoridos repitiéndose una y otra vez que eso es mentira y no hacen caso, otros se muestran sumamente sorprendidos incapaces de actuar y los pocos nos quedamos delante afrontando y enfrentando la verdad para aprender la valiosa lección que lleva implícita.
En el mundo empresarial y en la política tratamos ciertos aspectos que de alguna manera van a decantar nuestro liderazgo a un lado u otro de la balanza.
En palabras de nuestro colaborador Ángel Largo: “Hay momentos en el que las personas del área de Recursos Humanos “se la juegan” y los hemos llamado los momentos de la verdad.
Son instantes donde la persona que representa ese área, muchas veces la compañía, y en algunas a nuestro país debe tener una atención plena y estar absolutamente preparada para afrontar ese instante, donde el prestigio y la reputación de ella misma y de su área, y en última instancia también de la compañía, o de todos nosotros están en el punto de mira.”
Por ello y dado el otoño caliente que se nos avecina sería bueno que desde RRHH y desde la política tuviéramos un momento para la reflexión y no la precipitación, para el diálogo y no la imposición, para la empatía y no la intolerancia. Se avecinan cambios a futuro que van a repercutir en el modo en que las personas y los ciudadanos nos vamos a relacionar en las empresas y los responsables de RRHH y los políticos somos los líderes llamados a lidiar con una plantilla y ciudadanía diversa, desmotivada, desorientada y altamente cualificada. Parece que el enfrentamiento es una moneda falsa que nos quieren vender haciéndonos creer que cuanto más desunidos estemos mejor nos irá. Qué falsedad… Las divisiones y los famosos “ismos” no nos han conducido a nada nuevo a través de la historia, así que sería bueno que no nos dejásemos llevar por discursos estériles que quieren dinamitar nuestra democracia.
Hemos de saber que a la plantilla hemos de respetarla y conocerla para poder llevar a cabo grandes proyectos que ayuden a sacarnos de la mediocridad en la que se encuentra el mundo empresarial y político, pendientes más de su futuro que el de su propia organización.
Ha llegado el momento de la verdad, el día D y la hora H en el que RRHH no puede esconderse en un discurso repetitivo sino en una acción continuada en el tiempo que transforme los recursos en personas que trabajen profesionalmente y con una ética que asegure un presente mejor a la generación de nuestros hijos ¿No les parece? Eso sí, sin que nadie les obligue a pensar en separar, dividir y restar, sino en sumar y multiplicar. Repasen las cuatro reglas básicas y utilicen el sentido común; se darán cuenta de ello y respetarán la ley.